sábado, 28 de mayo de 2011

La luz del sol

En mi último cumpleaños me regalaron un cuaderno interactivo muy peculiar, que tiene como titulo "cuaderno de ejercicios para tener un espíritu zen en un mundo convulso" de Erik Pigani.
Esta mañana, al despertar, me sentía extrañamente calmada...quien sabe, quizás esta noche pasada en brazos de Morfeo, mi espíritu que vaga libre por esos lares, haya encontrado un lugar, un espacio donde sentirse zen. No obstante, al levantar la persiana y ver el gris plateado del cielo, una ola de melancolía ha inundado mi corazón.
Necesitaba el sol, esa luz tan magnifica que nos da calor. Esa luz que en sus atardeceres tiñe de rojizos anaranjados el horizonte. Esa luz, que en función de la época del año en que nos encontremos, ilumina el paisaje de nuestro alrededor.
A veces, pienso en ciudades verdes con cielos grises la mayor parte del año. Son bellas, porque el verde inunda sus calles, pero a cambio de ello, sus días transcurren entre cielos monocromáticos, llenos de nubes y lluvia abundante.
Y es entonces, cuando siento el privilegio de ser mediterránea, ya que en mi memoria para los días grises como hoy, siempre hay un recuerdo iluminado por la luz del sol.



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